Iniciada la cuenta regresiva para la finalización del Plan Nacional de Regularización de Extranjeros, en junio próximo, en Acoprovi observa un eventual impacto en el sector de la construcción, por lo que trabaja para atraer más dominicanos a esta actividad.
El ingeniero Héctor Bretón estrena la presidencia de la Asociación Dominicana de Constructores y Promotores de Viviendas (ACOPROVI) -tomó posesión en marzo pasado- convencido de que más allá de la coyuntura que impone la regulación de extranjeros y la posible pérdida de mano de obra haitiana, deben esforzarse por atraer a más dominicanos a la actividad de la construcción.
Con formación adecuada y mejores salarios, Bretón entiende que la industria de la construcción dependerá menos de mano de obra extranjera. Dicho esto, dejó muy claro que no son los miembros de Acoprovi quienes recurren a la contratación de mano de obra de ilegales para abaratar costos.
“Nosotros estamos siempre prestos a cumplir con la ley, con los lineamientos del Estado dominicano en materia de inmigración”, dice Bretón en conversación con Hábitat, y agrega que por tal razón han respaldado los medidas que asumió el Gobierno dominicano, e igual lo harán con lo que se decida en lo adelante. Siempre estaremos dispuestos a cumplir lo que establecen las leyes y los reglamentos, agrega.
Como su equipo de trabajo, entiende que las soluciones definitivas al tema de mano de obra en el sector están vinculadas a la capacitación de personal y una mejoría en los ingresos que este derive, por su grado de productividad en cualquiera de las escalas de trabajo que involucra una obra.
Mano de obra dominicana
Bretón está confiado en el éxito del recién conformado Comité por el Desarrollo de la Mano de Obra Dominicana en la Construcción, que conforma Acoprovi junto con el Ministerio de Trabajo, el Instituto Nacional de Formación Técnico Profesional (Infotep) y los sindicados.
Este organismo, destaca, surgió a instancias de Acoprovi, para buscar formas de atraer a la mano de obra dominicana a la industria de la construcción.
Paralelamente, la Asociación propuso la creación del Centro de Capacitación de la Industria de la Construcción. Para los fines, indica Bretón, ya se ha avanzado en los procesos que darán inicio al centro, el cual cuenta con el apoyo de la Presidencia de la República, el Ministerio de Trabajo y organismos internacionales.
“Estimamos que si capacitamos la mano de obra dominicana, su utilidad aumentará por encima de la de los inmigrantes y estaremos en capacidad de pagarle más”, explica entusiasmado el ingeniero.
Afirmó que en la actualidad la mano de obra dominicana y haitiana, en términos de productividad, están a un mismo nivel, por lo que los salarios son iguales. Aclaró que las diferencias en los salarios tienen que ver con la productividad de cada empleado, no con su origen.
De ahí la importancia del Centro, afirma Bretón, porque “cuando el personal dominicano esté más capacitado, su salario será mucho mejor, y más dominicanos querrán acercarse al sector de la construcción”.
Mano de obra en cifras
A la hora de hablar de los porcentajes de mano de obra dominicana versus extranjera, se acoge a los datos ofrecidos por la Oficina Nacional de Estadística (ONE), la cual estima que un 25% de los extranjeros de nacionalidad haitiana que residen en el país trabaja en la construcción.
Según datos de la institución viven en la República Dominicana unos 70 mil haitianos, por lo que se estima que alrededor de 160 mil se dedican a este tipo de labor.
En total, el sector de la construcción agrupa entre 280,000 y 300,000 trabajadores, en las diferentes escalas, conforme con las cifras de Acoprovi.
Salario y protección
“Al empresario le conviene trabajar con los dominicanos. Porque cuando tú no sabes a quién estás contratando, tu seguridad física está en juego”, dice.
Además, argumenta, los indocumentados no pueden ser registrados en la Seguridad Social y si ocurre un accidente, quien tiene que incurrir en los gastos es el constructor, “y nadie quiere vivir en esa zozobra”.
Queremos y nos interesa que todos los que trabajan en el sector estén protegidos, con sus seguros contra accidentes y de salud, enfatiza el dirigente de los constructores privados de viviendas. El sistema de Seguridad Social requiere de la presentación de la cédula de identidad y electoral para registrarse, y por eso el requisito frena la contratación de ilegales, indica.
Por otra parte, resalta que el salario en la industria de la construcción no es el más bajo entre las actividades económicas dominicanas. Asegura que un obrero sin experiencia, que llega a una obra con la misión cargar un cubo o una carretilla, devenga un ingreso de 13,000 a 13,500 pesos mensuales. “Y tres meses después puede estar ganando cerca de 16,000, para en un año o año y medio aumentar su ingreso a 30,000″.
Si la situación se mejora con una mayor capacitación, habrá mejor valoración y mejores honorarios, argumenta el presidente de Acoprovi, quien también llamó la atención sobre la necesidad de que el Estado asuma la responsabilidad que le corresponde.
El cumplimiento de la ley debe comenzar por el Estado, advierte. Aunque reconoce que no hay realidades diferentes en el sector público y el privado, en lo que respecta a la mano de obra extranjera.
Bretón tiene su esperanza puesta en la funcionalidad que logre Comité por el Desarrollo de la Mano de Obra Dominicana en la Construcción, el cual, dice, ya se ha reunido varias veces, desde que se conformó, hace más de tres meses.
Se están buscando soluciones, argumenta, y añade que tiene la información de que el Ministerio de Trabajo ya tiene propuestas para la formación del Centro.
Instancias de capacitación
Acoprovi tiene varias alianzas, que ha buscado e impulsado para lograr la especialización de la mano de obra que utiliza. Una de ellas tiene como contraparte a la Corporación Dominicana de Acueductos y Alcantarillados (CAASD), institución que cuenta con una escuela para el entrenamiento en el renglón plomería, cuyas clases son impartidas por profesores del Infotep.
También en el área de la carpintería, con la empresa Forsa, una firma colombiana establecida en el país, se realizan cursos sobre formaletas, para la construcción de muros.
No solo son haitianos
Bretón afirma que no solo son de nacionalidad haitiana los extranjeros que trabajan en el sector de la construcción en el país, porque también los hay colombianos y venezolanos.
El crecimiento del sector construcción, hasta llegar a constituir el 14% del Producto Interno Bruto (PIB), ha prohijado la llegada al sector de obreros especializados de otros países, mayoritariamente de Colombia y Venezuela.
Según el presidente de Acoprovi, los colombianos llegaron al país a trabajar en la minera Barrick Gold, pero con contratos de tiempo limitado, y los venezolanos, cree pueden estar en el país inducidos por la inestabilidad económica de su país.
Metas de la nueva gestión
El ingeniero Héctor Bretón resaltó que la nueva directiva de Acoprovi tiene muchos planes para mejorar el clima de negocios en la construcción de viviendas. Uno de los planes es la capacitación de la mano de obra, con el interés de convertir a la República Dominicana en uno de los paraísos de jubilados del mundo.
Que la Ley 189-11, del Mercado Hipotecario y Fideicomiso comience, realmente, es otra meta.
También trabajan en la creación de un fondo nacional de la vivienda, que beneficiará a los sectores más empobrecidos, con viviendas de bajo costo. La idea es lograr que una familia pueda pagar una vivienda de un millón de pesos con un cuota mensual de unos 4 mil 500 pesos.
La formación de un clúster de la construcción, que permita a los asociados acceder a materiales más económicos, a través de compras en conjunto, forma parte de los logros que busca consolidar esta directiva.